Limpió los pinceles y contempló su retrato. Los ojos delineados en negro le devolvieron su mirada. Se había atrevido a dibujarse tal y como aún se sentía, no como el espejo la reflejaba. Deslizó sus dedos sobre su piel envejecida, no era Dorian Grey, su alma no estaba atrapada en el cuadro. Libre para ser quien quisiera ser, no pudo evitar sonreír. Microrrelato inspirado en una preciosa obra de Anders Olov Forss En IG @andersolovforss
Hola Nuria
ResponderEliminarYa me se tus cuentos de memoria de tanto leérselos a mi hijo. Sobre todo el de Dormilona.
Ha pintado ya los tres dibujos que se pueden descargar en tu blog. Están muy bien.
Felicitaciones.
Me alegra saberlo. La verdad es que José Gabriel ha hecho un buen trabajo con las ilustraciones.
ResponderEliminarUn beso para ti y para el peque.
Gracias